Archive for the ‘Reflexiones’ Category

Divagando sobre la belleza de lo Cotidiano… Sobre las Imágenes Poéticas y la Música de Autor

diciembre 25, 2009

No sé muy bien quién será el culpable de mi irremediable tendencia a la melancolía. Puede parecer extraño que pareciendo una persona vitalista y alocada, tenga la costumbre de recrearme en la belleza de lo pasado.

La gente suele pensar que melancolía es sinónimo de tristeza, pero yo discrepo totalmente. A mi me parece que el pasado está cargado de momentos bellos, momentos que vuelven a nuestras cabezas exigiendo el tributo que merecen. Aquellas cosas bellas, tristes o alegres, deben ser recordadas.

Los días de mi infancia metido en el despacho de mi bisabuelo con ese olor a libro antiguo. Abrir cualquiera de aquellos libros: Teatro Alemán, Volumen VI. año MDCCLXI. La bicicleta de aquel gimnasio donde me ventilé en un pispás «Miau» de don Benito. Aquel parque donde te besé por primera vez. La habitación en la que me desperté contigo… sin duda eras tú, pero vestías otro cuerpo. La ventana desde donde vigilaba esperando que te mudases de nuevo al barrio por verano mientras te soñaba. Aquella estación de metro de la línea 4 en la que te vi por última vez tan deslumbrante como siempre antes de que me largases. Aquel sombrajo que construimos para cobijarnos del sol abrasador en aquel paraíso, y los libros que devoramos allí. Tu voz leyéndome en voz alta, preciosa costumbre. Tu voz y sus peleas. Tus tarareos matinales mientras yo me deshacía contemplándote. Los besos que te robaba dormido entre vueltas de manta. Aquella cama de 80 donde nos sobraban 30. Aquel primer beso en mi garaje. El anterior entre coches aparcados frente a la «Alemana» en el que no sabía cómo mover la lengua. Las manos de mi abuela y su olor. Mi otra abuelilla en su lecho de muerte. Las risas en aquel corner de la muerte y las inocentes torturas a las que sometíamos a los profesores sustitutos en el cole. Aquel patio de columnas. Aquel otro cole con el mejor patio de recreo: el parque Maria Luisa. Mi primera casa. La segunda. La tercera y que siento más mía. La cuarta. La quita que era una Cueva. Y después llegó Febo. La definitiva en San Juan de la Palma.. un año en el paraíso. Aquel mercado. Aquellas horas de azotea..

Hay miles de cosas que vuelven continuamente a mi cabeza por asociación. Un olor, una película, una mirada.

De todo existe una banda sonora. Miles de canciones envuelven mi mundo, y bailan a mi ritmo. Rock, de banda, de autor, melódico, progresivo, funky, jazz, ‘n Roll… o como sea. Música y más música. Opera, si es Verdi necesito las ruedas de mi bicicleta, mis cascos y las calles vacías del centro de Sevilla. En directo en cualquier lado. Una guitarra que desgarra la quietud de cualquier calle, de cualquier rincón. La plaza de Santa Marta. El parquecito de tabacalera, sentados en la galleta que nos sigue viendo de vez en cuando. Mi habitación. Tu habitación. La banda sonora de aquellos ojos. De mi un pandero. Hollow Years. Aquella época Heavy con Tolkien de la mano.

Y no puede existir música sin ponerle letra. Al menos en mi mundo. Aquellas letras que no llegaba a entender, les ponía yo mis propias letras, mis propias imágenes poéticas. Y aquí llega el mundo de los cantautores que muchos no acaban de disfrutar. Y entiendo que haya algo que te tire para atrás. Y no hay una forma mejor que definirlo que aquella de coña de Joaquín Reyes en su testimonio de Rosa León. La carcamusa cantautoril y yeyé. jejeje.

Yo sigo reñido con hilvanar melodías y letras. No me satisface nada de lo que hago… soy muy malo. Me gusta más escribir, me siento más cómodo. No lo hago bien, pero me gusta. Y me encanta sacar canciones bonitas de otra gente, y chapurrearlas con la guitarra y mi incontrolable voz a mi ritmo… porque yo y el metrónomo no nos llevamos del todo bien, se que es cuestión de entrenamiento

Me vuelve loco una bonita melodía, y una letra cargada de imágenes poéticas que te transportan a otro tiempo y otro lugar. El último disco que Quique González lo consigue. Y tiene frases geniales.

Necesito un amor que no cueste trabajo. Mi madre ya no espera a nadie. Como si fueras a llevarte la luna debajo del brazo. Cuando estés en vena. El notario repartía DNIs como un crupier. Seré tu cable a tierra. Quién iba a dejarte a ti durmiendo en la calle. Nadie podrá con nosotros…

Por eso me gusta muchas cosas que hacen cantautores. No olvidaros de que toda canción tiene su autor. Quizá no es el mejor intérprete del mundo. Pero sin duda le da la interpretación original, y la obra no está adulterada por una segunda mirada.

Esta noche voy con mi gente a ver a mi bandido preferido. Enpuñando su Telecaster contra la oscuridad y la bruma. Acariciándonos con la acústica y transportándonos hacia otros sitios y otros lugares. Llevándonos al Rompeolas. Llevándonos a cualquier lugar en un ford Capri que tiene como volante un piano electrónico contrapesado.

Y esta noche volveremos a ser reyes. Allí abrazados entre la multitud volveremos a morirnos de la risa y a alucinar dando rienda suelta a esa sensibilidad que nos une tanto. «Te quiero más que a una novia» mi Carlitos!!!!

Un Arma Precisa

noviembre 5, 2009

Y no hay nada más cierto. Lo importante ya no es la verdad de cada parte, si no las argucias de los contrincantes. Y es cierto que conseguir camuflar y adaptar la verdad empleando la dialéctica es un arte como otro cualquiera, y un buen orador que discuta con gran elocuencia siempre conseguirá llevar a quien se proponga a miles de huertos y falsos vergeles.

Pero a mi me toca el alma esto. No puedo evitarlo… Qué bello sería evitar todo tipo de discusiones y disfrutar de una vida entendiendo a todas las partes. Regalando abrazos en lugar de dentelladas. Regalar sonrisas por la calle es uno de mis deportes favoritos, y esto es bastante difícil cuando llega un absurdo choques de egos…

Ya abandoné el ridículo mundo de las discusiones. El mes pasado hice mi segundo aniversario en paz y armonía con mi entorno, y es tan cojonudo… Puede haber de vez en cuando alguna trifulquilla, es muy difícil ser justo siempre en toda circunstancia, pero no hay nada más bonito que equivocarse y reconocerlo. Admitir la verdad del que está en frente sin sentir que la nuestra pierde peso es algo tan bonito, que merece la pena ese esfuerzo.

Gran invento la empatía, la más precisa de las armas.

Reflexiones sobre la Semana Santa de Sevilla

abril 18, 2006

Me parece una buena idea mandaros un correo interesante hablando un poco sobre la Semana Santa y el por qué de muchas tradiciones que tenemos en esta fiesta en la que mezclamos el folkore y la religiosidad popular.

Para empezar, hablando sobre nuestra semana santa, no podemos olvidar los grupos de personas que hacen posible esta fiesta nuestra, y que la entegran, las hermandades. Las hermandades son grupos de personas agrupadas por su fe cristiana, y que se unen para rendir culto y hacer presente el mensaje de Jesucristo en nuestra ciudad. Este es un extracto de las reglas de la hermandad de la Vera Cruz. Os lo copio para que veáis realmente que es eso a lo que llamamos Hermandad:

Esta hermandad está constituida como Asociación pública de la Iglesia Católica, a tenor de lo dispuesto en el Código de Derecho Canónico y de las Normas Diocesanas para Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Sevilla.

Son sus fines generales amar y servir a Dios sobre todas las cosas, a la Stma. Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia y a nuestro prójimo como respuesta plena al Mandamiento del Amor. Estos fines se manifestarán a través del culto público (interno y externo), de la formación integral de la persona y del ejercicio de la caridad.

La hermandad tendrá como finalidad especial la de agrupar a cuantos bautizados quieran dar cauce a su vida cristiana mediante el culto, animándoles a un mayor conocimiento y vivencia del mensaje de Jesús y creando así un grupo de promoción cristiana, orientado a su inserción en la comunidad local en función de la Iglesia Universal. Al mismo tiempo, procurará extender el Reino de Dios por la práctica de la caridad, especialmente enfocada hacia la formación, la asistencia al necesitado y la vivencia ejemplarizante del Evangelio, tomando a la Iglesia local como medio que enriquece la espiritualidad propia de la hermandad, por cuyo motivo la hermandad se convertirá en colaboradora de la Parroquia y de cualquier comunidad local que desarrolle actividades de evangelización y asistencia social.

Si nos ponemos a estudiar nuestra Semana Santa, podemos ver que las diferencias entre un via crucis en cualquier Iglesia y las estaciones de penitencia a la Catedral no son tantas. A mi modo de ver, son solo unas poquitas.

La primera es muy evidente. La clara expresión artistica popular (hecha por y para el pueblo) en una expresión pública de Fe. Esta Semana Santa nuestra solo es una evolución de aquella Semana Santa de hace practicamente 500 años, cuando el Gran Poder, la Macarena, los Gitanos… y tantas hermandades y tallas famosas y queridas por el pueblo ni siquiera existían. Es curioso pensar en cómo sería nuestra ciudad hace una centuria… cómo sería la vida entonces… Quizá en una ensoñación podríamos imaginar como el Cristo de la Vera Cruz era portado en una cruz con dos asas por un sacerdote, mientras cuatro frailes franciscanos custodiaban la imagen iluminando la imagen con los ciriales (que hoy en día con tanta luz eléctrica han perdido su función) de cera verde esperanza, siguiendo la estela luminosa de las velas que los hermanos portaban guiando la procesión de camino de regreso al Convento de San Francisco.

Noche cerrada, la ciudad estaría gobernada por un silencio sepulcral. Probablemente hasta las tabernas más lujuriosas de la ciudad, que conociendo nuestra idiosincrasia no serían pocas, guardaban un respetuoso silencio casí impensable en la actualidad. Desde lo más alto de la ciudad, el minarete de la antigua mezquita todavía sin campanario, se vería nitidamente al Cristo de la Vera Cruz iluminado por esas cuatro velas, y el silencio permitiría oir los rezos cantados de los frailes. El cortejo recorría los monumentos realizados después de la Santa Misa del Jueves Santo en distintas iglesias de la ciudad. Según la página de la hermandad de la Vera Cruz, salían a las 10 de la noche, y acudían a la Catedral, al Salvador, al Convento de San Pablo (actual Magdalena) y a la antigua iglesia de la Magdalena (se la cargaron los franceses), para volver cerca de la 1 de la mañana.

En definitiva, poco se parecía en los albores a la Semana Santa actual. Otra de las características de la Semana Santa es la referente a su patrimonio. Cabe preguntarse a quien pertenece dicho patrimonio, y ocurre la misma controversia que con el patrimonio del Vaticano. Mucha gente se apresura a juzgar diciendo las célebres frases que hacen mención a «los curas y su riqueza», cuando es más bien patrimonio de la Iglesia (aquella célebre frase de aquel que dijo que «la Iglesia somos todos» ejjeje), de la ciudad, de la humanidad… Acaso la Iglesia debe sacar a subasta todos sus bienes y negar al pueblo ese arte que a protegido y fomentado durante tantísimo tiempo. Es posible caer en la fácil demagogia de venderlo todo y donarlo en alimento al tercer mundo, teniendo «pan para hoy, hambre para mañana», pero no creo que la solución del mundo sea hacer otra desamortización y que gente como el actualmente famoso gerente de urbanismo del ayuntamiento de Marbella que puedan permitirse pagar una millonada por la capilla sixtina, se la lleve a su salón y la coloque de techo para su clección de animalitos disecados. La solución no es darle 1 trillón de pesetas a la Iglesia, que solucione esta temporalmente le hambre en el mundo, y que el poder siga en manos de unos pocos y dentro de 200 años volvamos a estar como estamos mientras gente con una gran fortuna puede permitirse el lujo de colocar en las columnas de su salón los frisos del partenón, o la talla del cristo de la Buena Muerte de Juan de Mesa en el recibidor de su enorme mansion.

Si me preguntáis si yo lo haría, mi respuesta es inmediatamente que si, que lo vendería todo, que el arte está mucho más abajo que la vida en mi escala de valores, y también de la de la Iglesia. Que Jesucristo podría decirnos que es capaz de destruir el Vaticano y construirlo en 3 días, como hizo hace 2000 años con el templo de Jerusalem, y que lo importante es el templo de la vida, pero no debemos equivocarnos y afirmar que todo este patrimonio artístico pertenece solo a «los curas». Hablando de patrimonio, ¿acaso nos atrevemos a vender los regalos que nos hacen por reyes o en nuestro cumpleaños? Quizá la Iglesia deba educar (como aseguro que hace la Congregación ha hecho conmigo) a no dar solo mantos a la Virgen y hacerlo también al pueblo. Este año hay un detalle curioso y muy bonito. La hermandad de los Javieres estrena este año el manto de la Virgen. El manto se lo ha regalado un hermano, que quedándose huérfano durante la guerra, lo adoptaron los Jesuitas que fundaron la hermandad. Seguramente, este hombre no haya hecho solamente esta donación, pero aunque lo haya hecho… cada una hace con su dinero lo que quiere, y hay gente que lo invierte en comprar arte. Éste hombre no lo ha comprado para él, lo ha comprado para donarlo a esa gente que lo adoptó y enriquecer así esa estación de penitencia que realizan y para el deléite de toda la gente que sale a la calle a vivir la Semana Santa.

La Semana Santa ha mezclado la religiosidad con el fervor popular y el folklore, y es cierto que en ella hay bastante totemismo, pero no sería justo afirmar que reina el totemismo. Es una forma preciosa de recordar la pasión de Cristo, en la que el creyente se queda con el Misterio y realiza una intima vivencia desde la Fe y la próxima relación con Dios en las calles de Sevilla, y el no creyente se queda en la superficie deleitandose con la cara más barroca de nuestra ciudad: los sonidos y aromas que acompañan a todo ese patrimonio artístico que cuenta la nutrida imaginería sevillana que sale a las calles los días de esta Semana Grande.

Solo quiero dejaros una pregunta después de esta aburrida disertación, ¿Qué sería Sevilla sin la tradición? A mi la tradición me encanta, y hay que seguirla, pero todos sabemos que no podemos tomar tampoco las tradiciones como axiomas. La ciudad irá cambiando, adquiriendo nuevos aires modernos, pero no creo que ninguno quiera que desaparezca nuestro casco histórico o se modifique sustancialmente… pero unas setas nunca vienen mal… y menos en la Encarnación que lleva 20 años cubierta con esas malditas vallas… y como he oido hace un rato, en el ABC de hoy han hecho un fotomontaje del Cristo de la Sangre de San Benito pasando por allí… y seguro que es precioso, y podremos ver por allí en un par de años cofradías de forma más pintoresca si cabe.

Ya no os rayo más, espero que paséis una buena semana, y que seáis felices y buenos, que aunque no creáis en Dios, Él si cree en vosotros, más incluso de lo que yo creo.

Un abrazo y Feliz Pascua

Don Víctor, aquí hay tomate…

junio 5, 2005

Reflexión que hice en el Pobrecito Hablador el 5 de Junio de 2005. En aquella época veía algo la caja tonta… después me emancipé y no volví a verla, solo mis amadas partidas de balompié… Pero cada vez que tropiezo con la dichosa caja, veo que todo sigue igual…

No puedo ni imaginar que perplejidad habría en el rostro de nuestro querido Víctor Hugo si levantase de su tumba y pusiese la tele en la sobremesa. Estas líneas, como muchas de las que salieron de su pluma, me están hechizando porque son como pedradas en las ventanas de nuestra moral postmoderna. Y le llaman a muchas cuestiones: rasgos de la «postmodernidad» cuando realmente llevan ahí muchísimo tiempo, queriendo luchar con la naturaleza humana, para imponerse y devolver al hombre al lodo que abandonó el primer anfibio sobre la faz de la tierra.

Os dejo con el maestro:

«Nadie mejor para espiar las acciones de los demás que aquellos a quienes nada puedan importarle. ¿Por qué este señor no viene sino al oscurecer?; ¿Por qué este otro no cuelga la llave en su respectivo clavo de la portería, el jueves?; ¿Por qué va siempre por callejuelas?; ¿Por qué la señora desciende siempre del coche de alquiler antes de llegar a la casa?: ¿Por qué envía a buscar el cuadernillo de papel de cartas, cuando tiene llena la papelera?, etc, etc. Existen seres que, por saber el secreto de tales enigmas, que le son por lo demás perfectamente indiferentes, gastan más dinero, prodigan más tiempo y se toman más trabajo de lo que sería necesario para ejecutar diez buenas acciones; y lo hacen gratuitamente, por placer, sin que su curiosidad reciba más recompensa que la propia curiosidad. Seguirás a éste o aquel durante días enteros, emplearán largas horas como centinelas en las esquinas, bajo portales, de noche, con frío y con lluvia, corromperán a criados, emborracharán a cocheros y a lacayos, comprarán a la doncella, sobornarán a un portero… ¿Para qué? Para nada. Por encarnecimiento de ver, de saber y de penetrar en las vidas ajenas. Puro comezón de murmurar. Y, a menudo, una vez conocidos estos secretos, publicados estos misterios, descubiertos estos enigmas, producen catástrofes, duelos, quiebras, ruinas de familias, existencias amargadas, con gran gozo de aquellos que lo han «descubierto todo», sin interés, por puro instinto. Cosa triste, en verdad.»

Quién iba a pensar hace casi 150 años, cuando este hombre publicó «los miserables» de donde he sacado este fragmento, todo este chismorreo morboso que provoca el aburrimiento y la falta de dedicación a tareas más dignas y justas, se iba a convertir en la gran industria que es ahora, moviendo más dinero y teniendo más franja horaria que documentales, programas culturales, noticiarios, programas de sucesos, programación deportiva, debates, programación infantil…

Joder, y mi borreguismo me hace tirar delante de la caja tonta y tragarme bazofia de este porte, y lo que es peor, siendo consciente de ello. Así que… digamos NO a la programación basura y un SI enorme a la lectura para tener buenos momentos de sosiego entre estudios o curro.

Bueno chicos, un abrazote y pronto nos vemos más a menudo después de los exámenes. Me despido con la presentación de los miserables, a ver si os anima para cogerlo algún día:

Mientras, a consecuencia de las leyes y las costumbres exista una condena social que cree artificialmente infiernos en plena civilización, y enturbie con una fatalidad humana el destino, que es divino; mientras no se resuelvan los problemas del siglo: la degradación del hombre en el proletariado, la decadencia de la mujer por el hambre, la atrofia del niño por las tinieblas; mientras en ciertas regiones sea posible la asfixia social; en otros términos, y desde un punto de vista más dilatado aún, mientras haya ignorancia y miseria sobre la tierra, los libros de igual naturaleza que éste podrán no ser inútiles.

VICTOR HUGO, 1 de enero de 1862.

AHI LO LLEVAS!